Por mucho que este título pueda parecer una redundancia (lo es) conocer y medir el grado de “Madurez digital” de una organización es un muy buen indicio de que se están tomando las cosas en serio.
Se trata de un marco de referencia que evalúa la capacidad de una empresa para adaptarse a los cambios tecnológicos y alinearla con los requisitos modernos de la economía digital. Este concepto se basa en cuatro pilares principales:
1. el desarrollo tecnológico de la fuerza laboral;
2. Las operaciones digitales;
3. Las bases digitales;
4. El liderazgo y cultura digitales.
Parámetros para medir (nos)
Medir la madurez digital implica evaluar diversos aspectos de una empresa, como:
- La intensidad de la gestión transformadora;
- El nivel de competencia;
- La habilidad para utilizar tecnología digital.
- La calidad de la presencia digital de la empresa.
Casos de Aplicación
Hoy, la madurez digital es un imperativo, no solo una aspiración, porque permite a las empresas competir en el mercado digital. Veamos algunos ejemplos…
Empresas como Amazon, Apple y Netflix son ejemplos de empresas altamente maduros digitalmente, ya que han adoptado tecnologías avanzadas y han integrado la tecnología en todas las partes de su negocio. Otras empresas, como Uber, Airbnb y Spotify, también han demostrado su madurez digital al utilizar tecnologías emergentes y adaptarse rápidamente a los cambios en el mercado.
Estamos en un contexto en que la transformación digital impulsa a las organizaciones a crecer frente a un entorno económico cada vez más inestable. Entonces, ¿cómo saber si un negocio está teniendo éxito con sus esfuerzos tecnológicos? Al adoptar este enfoque, las empresas pueden obtener insights valiosos sobre la calidad, celeridad y eficiencia del proceso de digitalización, considerando las particularidades del negocio y teniendo como base las tendencias del mercado.
Los beneficios que nos aguardan
Por supuesto, entre las tecnologías que más impulsan la transformación digital, no puede obviarse el Big data, Inteligencia artificial (una “estrella” actual) Internet de las cosas (IoT), Cloud computing y Machine learning. Digamos que incorporar estás tecnologías es condición necesaria para tener obtener una adecuada “madurez digital”. Es una condición necesaria, pero no suficiente; importa más la «Buena praxis». Si lo hacemos bien, veremos que:
- Permite mejorar la eficiencia operativa y acelerar las dinámicas internas gracias a la automatización y digitalización;
- Reduce la carga de trabajo manual, fomentando así la productividad de los equipos y la gestión adecuada del tiempo.
- Incrementa la calidad de los productos y, por ende, reduce la incidencia de errores y fallas productivas;
- Fomenta la satisfacción del cliente por agilizar los trámites, mejorar la calidad de la atención y asegurar soluciones más acordes con sus demandas;
- Posibilita orientar los recursos para las áreas que necesitan aporte financiero;
- Promueve la innovación y la modernización de los negocios;
- Mejora el proceso de toma de decisiones.
MODELOS
Ya vimos diferentes aspectos del concepto de madurez digital, vamos a hablar sobre los modelos e índices que analizan el nivel de transformación digital de los negocios. Entre las diferentes modelos de madurez y de transformación digital señalamos:
- Cociente Digital de McKinsey: Lanzado en 2015, es una propuesta creada y difundida por la propia compañía para evaluar las medidas estratégicas, la cultura digital y las capacidades de una organización.
- Madurez de MIT: En conjunto con Capgemini Consulting, MIT estructuró el marco combinando las dimensiones de intensidad digital o potencial de inversión en medidas tecnológicas y la intensidad transformadora o capacidad del liderazgo para modificar el entorno digital de la empresa.
- Madurez Digital 4.0 de Forrester: Presentada en 2016, la herramienta clasifica las organizaciones de acuerdo 4 grados de madurez mediante el análisis de 4 dimensiones.
En resumen, la madurez digital es un estado al que las organizaciones llegan cuando logran maximizar el retorno de las herramientas mediante la optimización de sus procesos internos. ¿Lo estás midiendo y aplicando en tus negocios?
